me imagino a un obrero echado a la calle por 4 duros y a un jubilado con una pensión ridícula acoquinando los medicamentos, ambos orgullosos por haber apoyado las reformas del pp con sus votos y admitiendo que ellos son el lastre que sobra en estos casos para el partido político al que apoyan de por vida, elegidos como la carne de matadero que debe pagar el pato de la situación, bravo!