No sumos los votantes socialistas a ningun jueguecito. Es una forma de demostrar que tu argumento de que la gente no quiere la reforma electoral porque no la vota es absurdo y no se sostiene.
Lo siguiente es que entiendas que aunque a ti y a mucha otra gente se la pele es un asunto muy importante para millones de personas. Y que del resto, importandoles menos, la mayoría también está a favor.