...el comportamiento de la gente en todo lo relacionado a los asientos del metro.
La gente que ya desde el andén está fichando los sitios libres que hay en el vagón y esperan la apertura de puertas como si fueran los San Fermines.
Los que se hacen los dormidos para no tener que dejarle su asiento al anciano que tienen de pié delante de sus narices.
Una vez, estaba sentado en el Metro con unas compañeras de trabajo, viene uno en silla de ruedas y no podía pasar con nuestras piernas, me levanto para dejarle el paso, momento el cual lo aprovecha una señora de unos 50 años para sentarse en mi sitio

Y hoy, está una señora con dos niños, había 2 sitios juntos libres y la dejan otro libre al lado para que se sienten los 3, pero en un momento de despiste, una mujer de unos 30 años se sienta en el sitio destinado para la otra... os podéis imaginar la cara de la que se ha levantado

Dios, si es que los ahostiaba a toda esa gente